En 1987 preparé en Macintosh
y con la herramienta Guide para escribir hipertextos
(quizá no se le ha reconocido a Guide
su buena y adelantada aportación)
el proyecto de investigación para la oposición a la cátedra de universidad.
Cuando se aproximaba el día del ejercicio,
crecía mi temor acerca de cómo recibiría el tribunal
un proyecto presentado desde un Macinstosh
conectado a una tableta
colocada sobre un proyector de transparencias
(era el modo mejor en aquella época para presentar algo desde un ordenador).
Así que decidí volcar una a una todas las pantallas de mi hipertexto en el papel
(472 pantallas)
y llevar las dos versiones
a la espera de que frente al tribunal
y según sus caras
decidiera cuál sería la conveniente.
¿Les digo por cuál me decanté al final?
Una construcción hipertextual tan exigente
me dejó una experiencia muy provechosa
y una visión sobre la escritura hipertextual
que me serviría de orientación durante todos estos años de continuos ensayos.